Estamos viviendo momentos complicados e inimaginables. Ni siquiera en el escenario más pesimista hace pocos meses, creíamos que los efectos y consecuencias de la pandemia por Covid-19 continuarían e incluso, se intensificaría hasta estas fechas.
Sin embargo, si algo hemos aprendido durante esta “eterna cuarentena” es que debemos fortalecer o adquirir la capacidad de adaptación con entereza: la tan referida “resiliencia”, que en términos muy básicos es la capacidad de una persona para sobreponerse con actitud positiva a las adversidades o hechos traumáticos que sufre o ha sufrido. De una forma u otra, la mayoría lo hemos conseguido, adaptarnos e incluso reinventarnos. La preocupación de los efectos pandémicos en la salud, la economía y en lo social, ha generado un egoísta “enfoque adulto” relativo a que la pandemia es un problema de “adultos” en el que solo los “adultos” se ven afectados y pueden intervenir. Pero, ¿qué pasa con las y los más pequeños?
Poner atención a su estado emocional es urgente y muy recomendable. Es muy natural que en estos momentos estresantes niñas y niños puedan tener distintas reacciones como:
Dificultad para dormir,
Dolor de estómago,
Estar enojados o con miedo todo el tiempo,
Dificultad para concentrarse,
Negación y molestía para tomar clases en linea.
Como mamá y papá debemos apoyarlos, primeramente explicándoles que es normal su miedo, ansiedad y frustración. Debemos intentar hacerles entender que es una situación temporal (que si bien se ha extendido muchísimo más de lo que hubiésemos pensado) también pasará. Debemos dejar muy claro que lo que estamos viviendo NO es nuestra ni tampoco su culpa, ni la de nadie en particular. Que no se trata de algo personal, NO es un castigo, y que lo único que podemos hacer es mantenernos en casa y tener hábitos de higiene para cuidar nuestra salud y ayudar a que los contagios se detengan más pronto.
UNICEF preparó algunas recomendaciones que pueden ayudar a padres y madres a mejorar el estado emocional de niñas y niños:
Habla con ellos y escúchalos, es muy importante no ocultarles información, pero sí hacerlo con un lenguaje sencillo, honesto y apropiado para su edad. Asegúrales que ésta es una situación temporal y que si estamos en casa es para protegernos.
Limita el acceso a la televisión y a las redes sociales ya que una sobreexposición a información aumenta el estrés y el miedo. Considera, además, que hay gran cantidad de información falsa que llega a través de esos medios.
Niñas y niños, especialmente los menores de 12 años, tienden a percibir el mundo y a reaccionar tal como sus padres y madres lo hacen, por eso es muy importante que como adultos conservemos la calma.
La actividad física es vital para la salud de toda la familia. Procura que no pasen más de 60 minutos sentados y/o frente a la televisión o cualquier otro tipo de pantalla.
Jugar con niñas y niños es muy importante ya que el juego y las actividades lúdicas y hacer manualidades les ayuda a manejar sus emociones.
Establece una rutina para darles estructura y un sentido de vuelta a la normalidad, que no sólo sirve para niñas y niños sino para toda la familia. Es recomendable establecer horarios para desayunar, jugar, estudiar, comer, ver películas, leer, cenar, hacer ejercicio, etc.
Practica con ellos las medidas de higiene básicas, enséñales la forma correcta de lavase las manos y fomenta que lo hagan frecuentemente. Recuerda que el ejemplo es muy importante, si te ven haciéndolo, lo aprenderán mejor.
Utiliza prácticas de crianza positiva, nunca recurras a la violencia como golpes y gritos que agravan la situación de estrés que todos estamos viviendo.
Implementa una dieta balanceada para toda la familia que contenga verduras y frutas de la estación, ya que contienen las vitaminas necesarias para combatir las enfermedades respiratorias.
(Más información: https://www.unicef.org)
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